En poco tiempo, ha coincidido que varias personas me han hablado sobre sus conflictos con sus propios gustos o intereses. Así pues, he sentido la necesidad de escribir lo que pienso al respecto.
Lo interesante, es que estas personas coincidían en el hecho de que el origen de su conflicto residía en la presión social o en lo que se esperaba de ellas. Para poneros un poco en situación, podría referirme a ejemplos como: “me critican por no estudiar en la universidad”, “a mi madre no le gusta que vista de cierta forma”, “se ríen de mí por la música que escucho o los programas que veo en televisión”, “me da vergüenza decir que rezo”, etc… Éstos ejemplos pueden parecer incluso absurdos y más de alguno de vosotros dirá: “Pues pasa de la gente”. Pero si profundizamos un poco más, es posible que encontréis que hay algo que os gusta o que os interesa (y más de una cosa), que de alguna forma os avergüenza u os da miedo contar, decir o hacer.
Como bien sabemos, los gustos o intereses aceptados por la sociedad, son modas que cambian y que se sustituyen. Y además, decir “sociedad”, es mucho decir, ya que afortunadamente, cada vez más, en el mundo globalizado en el que vivimos, hay más y diferentes puntos de vista. Así pues, podríamos decir que es un colectivo determinado, el que tiene presión sobre tus intereses. Y como bien se dice siempre: “Hagas lo que hagas, siempre habrá gente que lo critique o a quien no le guste (y lo contrario)”, es decir, siempre habrá un colectivo (o más) que no esté de acuerdo con aquello que te gusta (¡Es lógico!).
Lo interesante es, que es uno/a mismo/a quien elige ser presionado por ese colectivo, porque es uno mismo quien lo considera válido como para de alguna forma ser influido por él (a veces esta validez es inconsciente) Y no estoy hablando de normas formales o de aspectos morales, estoy hablando de los intereses o los gustos de una persona, individual.
Así pues, igual la cuestión es cambiar el foco y plantearse si estás enfocado/a en el colectivo correcto. Igual, necesitas rodearte de otras personas, más afines a ti, que compartan o respeten tus gustos, planteándote sobre todo qué colectivos son válidos para ti y por qué.
También considero que hoy en día, la moda es “ser diferentes” y dejarse influir lo menos posible por los demás. Y esto, creo que es correcto, en el sentido de autenticidad y de fidelidad a uno mismo. Y en ese sentido, ser diferentes es lo natural, porque nuestra propia naturaleza hace que cada uno de nosotros seamos distintos. El problema es cuando se trata de ser diferente desde la razón, porque es entonces cuando dejas de serlo (es absurdo forzar lo natural). Aun así, diferente no quiere decir independiente, porque no olvidemos que somos seres sociales, que convivimos, que influimos en otros y esto también puede ser algo positivo. Depende de cómo se viva.
Ahora bien, una cosa es lo externo (que en gran medida depende del grado en que uno mismo lo considera válido y lo recibe, como hemos visto), y otra cosa es si tus gustos o intereses están acordes contigo mismo, con lo que tú eres como persona, porque igual te sientes influido/a por esa parte de la sociedad, porque en realidad esto que te gusta, no te hace bien o no está bien para ti.
Para reflexionarlo, os voy a dejar unas cuantas preguntas, que os animo a responder:
¿Soy adicto/a a esto que me gusta/interesa?
¿Lo uso/hago para evadirme o no afrontar mi realidad?
¿Mis creencias y mis valores están acordes con esto que hago o me gusta?
¿Esto que me gusta o interesa, me hace sentir bien o mal?
¿Esto que me gusta o interesa, hace sentir bien o mal a otras personas?
¿Qué me aporta esto?
¿Tiene algún coste para mí?
También es posible que tengas conflicto con tus propios intereses porque aun estás descubriéndote. Si es así, solo puedo decirte: ¡Prueba!
Propuesta: ¿Cuáles son vuestros intereses/gustos que a algún colectivo determinado, os da vergüenza o miedo contar, hacer o decir? ¡Contadme!
Sea como sea, creo que la clave está en la coherencia, interna y externa. Y es cuando consigues aceptar quien eres con todas sus consecuencias, cuando toda presión desaparece, porque desaparece la interna, y entonces la externa muere.
“Nunca olvides qué eres, porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte” . Tyrion Lannister
Besos, amor. D