La escritura terapéutica como herramienta de sanación

Escribir es un elemento terapéutico que nos permite tomar consciencia de nuestras emociones y liberarnos de ellas. El poder de la escritura es muy fuerte a nivel emocional. De hecho si todos los días escribes 5 cosas que te hayan pasado buenas a lo largo del día, tu estado emocional a largo plazo mejorará. ¿Porqué? Porque tu atención empieza a enfocarse en lo positivo y tu cerebro empieza a detectar y a poner una etiqueta positiva a eventos diarios que normalmente damos por supuestos y no damos importancia. Por ejemplo: La sonrisa de una persona que te cruzas por la calle, abrir el grifo y que salga agua potable, un paseo con tu padre…

Además de este ejercicio que nos enfoca con lo positivo, podemos sanar heridas más profundas a través de la escritura: perdonar, liberar vínculos, tomar consciencia de nuestras creencias o limitaciones. Sin embargo, como casi todo, escribir de forma terapéutica conlleva práctica. No es práctica forzada. Es un proceso de autoconocimiento que nos permite soltar resistencias e ir acogiendo y silenciando el juicio. Es muy común al escribir, que salgan partes de nosotros que intenten censurar aquello que estamos queriendo liberar, son los miedos, las máscaras. Aceptar estas máscaras y no darles valor emocional forma parte de este trabajo.

Cuando escribimos permitiéndonos expresar todas aquellas partes que están en nuestro interior, se genera una especie de trance en el que empezamos a desbloquear y a soltar nuestras emociones más profundas, dándonos una perspectiva y consciencia diferentes.

¿Qué aspectos son importantes a tener en cuenta para empezar la escritura terapéutica?

  1. Qué escribir y cuando hacerlo es algo que depende de aquello que sientas y necesites en cada momento. No hay una regla, la regla la marca tu corazón. Puedes coger papel y boli sin saber qué vas a escribir o a quién hacerlo y ver que sale o…puedes especificar un conflicto o una persona concreta a la que dirigirte.
  2. Te aconsejo que si mueves alguna emoción, te dejes unos días para asimilar lo trabajado y también que si en algún momento sientes que a consecuencia de lo liberado, sientes mucho bloqueo que no sabes gestionar, acudas a un profesional psicológico.
  3. Normalmente, es recomendable quemar aquello que se escribe cuando lo asociamos a algún tipo de emoción negativa o conflicto. De alguna forma, al quemar el papel, nos liberamos de aquello que hemos dejado por escrito y lo dejamos marchar. Si las emociones asociadas a la escritura son positivas, te aconsejo que conserves el escrito e incluso lo coloques en algún lugar a la vista para releerlo.
  4. Si escribes a una persona concreta, no es necesario entregar esta carta, el trabajo reside simplemente en escribir aquello que sientes. En este caso, te aconsejo expresar primero aquellas cosas que te duelan del vínculo con la persona para finalizar la carta con las cosas buenas, centrándote en el perdón y en la gratitud (esta palabra está asociada con un link a otro post sobre gratitud). Es muy importante que al finalizar esta carta sientas liberación y paz.

Mi escritura terapéutica es la música. No importa la forma de tu camino, no importa el ritmo en el que lo transites. Lo que importa es estar en él y que día a día te acerque a tu corazón.

 

Os quiero.

D.

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