El arte de agradecer: Mejora tu gratitud

Esta mañana…¡Me he pillado dándole las gracias a un vecino 3 veces!¡3 veces! Todo esto en un veloz encuentro de ascensor (la velocidad de un ascensor en bajar dos pisos). Después, me he tirado un buen rato dándole vueltas al asunto, y es que… Desde que estoy en Suiza, tengo una extraña sensación de gratitud ante todo.

Una razón para explicar esto está clara: Cuando sales de tu zona de confort, se produce en ti una especie de “renacimiento” al despertarse emociones básicas del ser humano, como el miedo o el amor (¡Es supervivencia!). Estas emociones producen a su vez cambios en otros procesos psicológicos (atención, memoria, comunicación verbal…). Así pues, cuando sales de tu zona de confort descubres aspectos de ti que no conocías, abriendo la puerta a la zona de aprendizaje. Y es en medio de todo este auto descubrimiento donde se produce una facilidad para valorar los pequeños detalles y agradecer.

Sin embargo, hoy, gracias a haberle dado las gracias a mi vecino, he encontrado una segunda razón para explicar porque me pasa esto: En Suiza, la gente da las gracias más que en España. Y no, no he llevado a cabo un riguroso experimento científico para llegar a esta conclusión, sin embargo, se percibe en el ambiente la gratitud (¡por todo!), la educación (hay puestos de periódicos en los que libremente coges y pagas el diario que te llevas, sin que haya nadie para cobrarte). Y la verdad es que las emociones positivas se contagian y las prácticas positivas (como es practicar la gratitud), no son para menos.

 

 

Evidentemente estas dos razones afectan a mi dosis de sentimiento de gratitud, sin embargo, la diferencia entre ambas es que la primera razón, tiene que ver con la gratitud (y en qué grado uno mismo es capaz de percibir y valorar resultados positivos en el exterior), y la segunda con la expresión de la gratitud, y esta última como hemos visto, depende de la cultura, depende de lo externo. Así pues, si queremos mejorar nuestra gratitud, necesitamos poner el foco, una vez más, en como yo percibo aquello que me pasa.

Las investigaciones muestran que la gratitud se asocia a mayores niveles de optimismo, esperanza, vitalidad, empatía, satisfacción con la vida y felicidad. Según un estudio llevado a cabo por Rollin McCraty y Doc Childre (2002), las personas que experimentan gratitud tienen grandes beneficios en el funcionamiento de su corazón (un corazón más sincronizado y “coherente”) y tienen tendencia a enfermar menos.

Lo interesante de la gratitud, es que no solo tiene impacto en el momento presente, sino que te dispone al futuro con un enfoque más optimista y permite que veas tu pasado con una claridad mucho más positiva, es decir, en muchas ocasiones agradecemos retrospectivamente, en pasado, así pues, aprender a agradecer tu pasado, y a recordarlo de forma más positiva, genera sentimientos de bienestar en el presente.

En este post, os invito a llevar a cabo varios ejercicios relacionados con la gratitud. ¡Vamos a ello!:

 

  1. Toma consciencia de tu gratitud.

Para ello, te propongo dos cosas:

  • Completa la escala The Gratitude Questionnaire-Six Item Form (GQ-6) (McCullough M., E., 2013). ¡Solo son 6 preguntas! Pincha AQUÍ para descargarla.
  • Obsérvate. ¿Eres agradecido/a? ¿Expresas tu gratitud? ¿Sueles sentir gratitud en tu día a día? ¿Hacia qué o quien? Haz un ejercicio de observación en los siguientes días. Recuerda que nuestro ego, responderá SI a todas estas preguntas. Identifícalo.

  1. Potencia tu gratitud

“Las tres bendiciones”

Cada noche, durante 20 días (o todos los que tu quieras), reserva 10 minutos antes de ir a dormir y escribe 3 cosas que salieron bien en el día o que quieras agradecer y por qué fue así (es muy importante escribirlo para poder revisarlo posteriormente). No es necesario que sean grandes cosas, sí que sea importante para ti (una sonrisa de un desconocido por la calle, tener agua caliente para ducharse, el saludo de tu mascota…).

Carta de gratitud

Este ejercicio consiste en escribir una carta diciéndole a una persona todo lo especial que es para nosotros/as, por qué le estamos agradecidos y cuál es la influencia que ejerce sobre nuestros días. No es necesario que envíes la carta si no lo sientes así, solo el hecho de escribirla, ya tiene un gran efecto positivo.

Meditación de gratitud

Para quien prefiera llevar a cabo esta meditación sin guía, le explico cómo realizarla:

Busca un lugar tranquilo, en el que nadie te pueda molestar durante el rato que dure tu meditación. Respira profundamente, cierra los ojos e imagina a una persona a quien tengas mucho aprecio. Puedes imaginarla sola o imaginar que estás a su lado. En primer lugar, trata de visualizar todos los detalles de esa persona y recrearla en tu mente todo lo que puedas. Hecho esto, imagina como le das las gracias y le cuentas por qué estás agradecido con ella. Conforme vas contándole y agradeciendo, siente como todo tu cuerpo va emanando energía de gratitud y como se va potenciando ese sentimiento en ti, conforme más visualizas y agradeces a esa persona.

Es posible que si no eres una persona que medites con frecuencia, te desconcentres y vengan otros pensamientos a tu mente. Si es así, acéptalos, sin juzgarte, déjalos pasar y trata de volver a centrar tu atención en el ejercicio. Cuando lleves unos días practicando, puedes cambiar la meditación, imaginándote a ti mismo/a y agradeciéndote todo aquello que has conseguido. Cuando lleves unas semanas, puedes cambiar la meditación, imaginándote esta vez, a alguien con quien no te lleves bien. Este es un trabajo un poco más difícil y muchas veces despierta bloqueos. Puedes probarlo, y…dejarte llevar hasta donde tú consideres.

Practica la expresión de gratitud

En la medida en que lo sientas, da las gracias a otros. Si eres una persona a quien le cuesta dar las gracias, empieza por hacer los ejercicios que te propongo en este post y a dejar que la gratitud entre en tu vida poco a poco (dando las gracias internamente cuando te levantas, cuando vas a dormir…). Cuando te sientas preparado/a para expresar tu gratitud, puedes empezar a hacerlo en situaciones sencillas (a un cajero en un supermercado, en tus mensajes de WhatsApp o Facebook…) para, en la medida que consideres, ir generalizando este sentimiento a otras áreas más importantes de tu vida (en las que solemos tener más resistencias).

Para ayudarte a hacer este ejercicio, puedes responderte las siguientes preguntas:

¿Qué cosas me han sucedido a lo largo de la vida que hoy pueda agradecer?

¿Quién ha tenido alguna muestra de afecto o atención hacia mí que hoy pueda agradecer?

Espero que os haya gustado, ya sabéis que podéis contactar conmigo a través de esta página, si tenéis cualquier duda o simplemente si queréis hablar sobre algún tema que os preocupe.

Hoy especialmente, me despido agradeciendo.

¡GRACIAS!

 

“La gratitud es la memoria del corazón.” (Lao Tse)

Besos, amor.

D.

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