¡Cuestiónate!

¡Cuestiónate! ¡Cuestiónate de verdad!

Cuestionarte implica poner en duda todo aquello que eres, todo aquello que forma parte de ti: tu ropa, tu peinado, tus redes sociales, tu profesión, tu sexualidad, tus valores… La duda te abre a las posibilidades, la duda te permite cambiar, te permite crecer. ¡Acepta la duda!

 

 

Cada día…

Levántate con energía y saborea el nuevo día;

ríe a carcajadas;

aprende algo nuevo;

escucha a tu cuerpo y cuídalo, respétalo;

haz algo bueno por otra persona, por un animal;

baila o no bailes, canta o no cantes;

da las gracias y perdona;

también acepta en ti la pereza, la rabia, el rencor, la crítica, la exigencia (o todo aquello que no te guste);

transfórmate en amor,

pero sobretodo, cuestiónate.

Porque si no nos cuestionamos, siempre seremos aquello que nos han dicho que somos. Aquello que debemos ser. Aquello que creemos desde nuestro juicio que somos.

Y…¿Quién eres?

 

Besos, amor.

D.

 

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